miércoles, 5 de noviembre de 2014

GEMENIS

Aquí estoy, tras una lampara en la penumbra de una nueva luna. De una luna que promete grandes cambios en mi vida, pero que sin embargo, empezó mal. Tengo un sinfín de sentimientos ensimismados en mi mente, en mi pecho, en mi garganta. Un nudo que no me permite avanzar, que no me permite sentir, que sólo me deja ahí, mirando esa luz que debería darme alguna solución.

La lluvia se ha posado en mis ojos. Mis ojos las acogieron como si fuesen parte de ellos. La lluvia quema, la siento pasar por mi rostro, dejando huellas que no podré borrar, huellas que han marchitado mi confianza.

Esa confianza que me costó 22 años construir.

El temporal al parecer es fuerte, dejará varías partes dañadas. el frío que trae consigo atraviesa mis huesos, desmotiva mis ganas de intentar hacer algo más.

El otro día necesitaba cambio para poder usar una lavadora, es tan fácil poder hacer ello. Quiero poder hacer algunas cosas más fáciles, quiero ser el genio de Aladín y poder conceder tres deseos, los cuáles ocuparía en algo tan egoísta, en algo tan dañino, en algo tan irreal.

El primero consistiría en hacer que todo los hombres se enamorasen del weón que escribe esto, onda muy al estilo de la serie misfits, donde existe una actriz que tiene la capacidad de tocar a una persona para que pueda culear con ella. Yo lo haría, sí... sin ningún problema, tocaría a las personas para que quieran tirar pero no accedería a ello.

Un segundo deseo sería que no me gusten los hombres. Ser una persona que no pueda establecer vínculos emocionales con otras personas porque en realidad son una mierda, y más cuando te enamoras y entregas todo lo que puedes dar en ese momento, recibiendo un triste "ya encontrarás lo que necesitas". Esta parte me recuerda a otro programa de tv que se llamaba "cirugía de cuerpo y alma". Sería bacán poder cambiar mi esencia, mi forma de sentir, de amar, mi intensidad con la que estoy dispuesto a enamorarme. No, no es intensidad sino que es la maldita ansiedad.

El último deseo sería volver a ser yo, sí, quiero volver a ser yo después de eso. Parece que es algo poco lógico, pero uno no saca nada con intentar tener al resto a su merced, y menos dejar de sentir para probar una nueva vida. Puesto que sería empezar de cero, sería olvidar todo lo construido , todo lo edificado durante tantos años simplemente por no saber manejar las emociones que una vez más me traicionan.

Hoy declaro, que pese a lo anterior, no me daré por vencido. Creo que lo volveré a intentar, pero esta noche pido tranquilidad y serenidad. Mañana pediré que por favor el universo me llene de luz, alegría y muchas energías que contagien al otro de felicidad.

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