Estoy tan decepcionado, triste y con tan pocas ganas de vivir. Siento que he perdido mi vida construyendo cosas en el aire, cosas que nunca van a existir en la realidad. Creo que no vale la pena hablar con el resto, mirarles a la cara, saber cómo están, ni siquiera respirar su mismo aire. Quiero dejar de pensar, quiero volar e irme lejos, no ver a nadie y que tampoco nadie me recuerde.
Me decepciona mi familia, lo egoístas que pueden llegar a ser. Ser padres es ir más allá de suplir necesidades materiales, es dar amor, comprensión, enseñar a vivir y compartir buenas y malas experiencias. Siento que si yo fuera padre ( creo que no voy a ser padre nunca, porque soy gay y ven en esta maldita sociedad una degeneración tener un hijo, formar una familia con dos padres o uno solo) no trataría así a mis hijos. Quizás lo digo por lo que estoy viviendo, la misma experiencia me haría actuar de otra forma. Pero no sé, no sé nada. Sé que mis padres a pesar de "darnos todo lo mejor del mundo", se han preocupado de cosas materiales, un amor que es tangible, no de ese amor que te hace sentir orgulloso y regocija el alma. Creo que soy un esclavo más, tanto de mis padres como del sistema, debo reproducir un modelo que nunca escogí, comer, cagar y estudiar. Esa es la maldita vida que nos enseña este puto mundo egoísta. Este maldito mundo hizo que la familia perdiera su esencia ( si es que alguna vez la tuvo), hizo que todo fuera articulado desde que nacemos para reproducir nada más que las ideas de los demás y dejar nuestro sentimientos de lado. Hizo que mi padre, piense en el dinero (y ustedes pueden decir el tuyo no más lo hace, yo les digo, su papá igual lo hace, sólo que no lo demuestra o nacieron en cuna de oro), postergue la felicidad de nosotros por una impuesta por el qué dirán. Por culpa de ustedes, de mis vecinos, de esos malditos colegios cristianos, nunca voy a poder "ser feliz" (porque sé que en cierta medida todo depende de mi), pero en mi casa, en lo que respecta a mi familia, se les metió la idea de que una pareja es hombre y mujer, junto con el machismo de mi padre que es avalado por mi madre. Todo es un asco, desde sus peleas disfrazadas e individualistas, hasta sus falsas sonrisas que dicen "estoy orgulloso de ti hijo". Sé que es mentira, que no lo están y sólo cumplen con su deber porque les da miedo que el resto sepa que su hijo es cola, que le gusta el pico. Si realmente estuvieran orgullosos de mi, aceptarían mi condición tal cual, sin tapujos, sin importar lo que piense esa estúpida vecina que se cree superior a todos. Pero no, siempre anteponen sus tontos intereses a los de sus hijos, y es más, ni siquiera son sus intereses, son los de ese vecino que nada hace por ustedes.
Actúan sin pensar, dañan sin querer, se disculpan sin sentir. Pero ¿ quien borra todo ese daño que han hecho? nadie, porque el daño, la pena y la soledad sigue ahí. Estoy aburrido de su individualismo, de la forma en que miran el mundo y cómo éste los utiliza para sus fines, ser un número más que produce para que la maldita humanidad siga desarrollándose.
Tengo rabia, y mucha. También tengo pena, porque trato de cumplir, hacer todo de la mejor manera para ustedes, pero aún así, no son felices. ¿por qué? Trato de comprender cada una de sus discusiones, de ayudarlos y superar todo de la mejor manera, pero aún así, ustedes no hacen nada ni por el uno ni por el otro. No sacan nada con ser soberbios, no van a ser mejores ni peores personas, simplemente son una mierda, pierden tiempo valioso tiempo que quizás nunca más van a recuperar, porque el día menos pensado, ya el otro no va a estar para que ustedes puedan decirle "te quiero". Espero que ese momento no llegue nunca, que nunca sea demasiado tarde y aprendan a convivir, a estar en paz y a aceptar que todos somos diferentes, no todos los hijos, no todos los gay's, no todos los esposos y esposas son iguales, si que dejen de creer en los cuentos de hadas y abran los ojos a la realidad. Quisiera no saber de ustedes por un tiempo, porque por su egoísmo lloro todos los días, por su frustración me encierro en una burbuja que quizás nunca pueda reventar y por sus miedos, me ahogo solo en un rincón, escuchando para no romper su corazón.